Nos encontramos en la plaza de los pioneros. Hola, eres tú, está lloviendo a medias. Esamable me presta su casa, suave sofá suave papel higiénico suave, nos sentamos en el suelo a ojear libros que hablan del tiempo y merendamos pasteles en las mejores backeries de toda la ciudad y también bebemos cócteles. Dormir cómodo: Esamable podría ser por ejemplo mi hermano pequeño, pero cuando se conoce el lado sucio la comodidad es triste. Me pongo triste. Ya no quiero estar en ningún sitio así que cojo un tren. Lo más lejos posible, sir, yes, sir, $181.00, adiós adiós y el tren contiene: el océano rodeado de montañas, y la niebla en los puertos y un puente verde, comida, dos buddies de Australia y de la frontera con Alaska, cultiva semillas ecológicas, el revisor dice watch out, podría bajar en Portland. Bajo y subo. Una mujer con cuatro hijos un hijo que juega al ajedrez empezó a jugar cuando tenía tres años no necesariamente tienes que ser muy listo para jugar al ajedrez sólo tienes que pensar con estrategia, campos y campos y un río, oh, yo soy de Nueva York, Nueva York? está bien para cuando eres joven, oh, Seattle? está demasiado limpio, limpio?, no lo creo, un cielo aplastante pero parece que el techo del tren aguantará, las mejores casas, las casas que dan a la vía del tren, las de las vallas rotas, las caravanas, y las piscinas elásticas, chatarra, columpios de plástico amarillo, enfermedad y mujeres y hombres al otro lado de las paredes, que han acumulado madera para construir cobertizos y barcas para sus hijos, y han acumulado cajas de plástico de los centros comerciales pero aún no saben para qué.
La chica de la capucha es lo más hermoso que he visto en semanas y se lo quiero decir, se lo quiero decir sinceramente eres bonita es joven y es inmortal, dice no le tengo miedo a nada. Todos nos reunimos en el vagón-lounge y hablamos sobre: las muertes de las abuelas, Vietnam, la religión el miedo viajar, la última novia del hijo del marine, sobre como el LSD hace que los dientes te sepan a dientes, sobre acupuntura, hacer autoestop, querer ser más musculoso, la sacarina, el viajero tres asientos más allá, darse cuenta de que te estás haciendo viejo o por ejemplo de que no te queda dinero en la cuenta, sobre la educación en los Estadosunidosdenorteamérica, otra vez sobre Vietnam, y sobre tener hijos y sobre pincharse heroína, a chica de la capucha me hace prometerle que nunca me pincharé heroína, y luego robamos una botella de agua.
Los viajeros se van cayendo al suelo, estamos sólo ella y yo en pie. Recorremos los pasillos en silencio hasta quedarnos mudos de verdad. Podrían ser todos cadáveres, pero son viajeros, y el tren podría seguir y seguir y así no habría que pensar, sólo desconocidos y hablar hasta exprimirse. La chica de la capucha, whatever makes you happy, es para siempre diós adiós hasta nunca, mis mejores amigos, hasta nunca. Así tiene que ser. San Francisco otra vez, más caras a la espalda, montones de palabras a la espalda.