20100409

my books

So I fall asleep in the patio and while I'm sleeping it occurs to me that this is the end of adolescence as a period. Not as a state of mind but as a period. And life at the verge of this period is a bunch of losses, it is a bunch of things that end abruptly, things and people replaced by things and people that will be eventually lost. Some old pain comes to comfort me in this dream, a pain that I know and I can touch because it was the present I was given at birth. I can turn this pain into a little ball. I can keep this ball in a box inside a closet. I can keep it as I keep all my other maps and my jackets for the winter and some of my books.

Una ducha blanca

Tenemos una ducha blanca al fondo del baño, de azulejos blancos cuadrados, y los mosquitos aprenden a volar de una parte a otra esquivando los chorros de agua. Atraviesan el agua y luego se quedan pegados a la pared y no molestan. Dos o tres mosquitos. Son mosquitos bien negros. Yo agarro el jabón y me lo froto contra el pie y de pronto me doy cuenta de que hace tanto tiempo que no pienso en J., que no pienso en mi país, que no giro la cabeza. Hace tanto tiempo que vivo aquí. Louise ha salido con los muertos al parque. Yo me seco y me siento al sol en el patio y me quedo dormido.

20100408

Volvemos a casa

Volvemos a casa, volvemos a La Ciudad, atravesamos Nevada en horizontal para volver, sin mover el volante, el desierto pasa de largo, hacia atrás, se va quedando. Louise se cambia alternativamente sus gafas rojas y sus gafas azules, y nos va contando como ve el paisaje. La tierra caliente con las gafas rojas y la tierra verde con las gafas azules, los camiones crecen y decrecen y el cielo a siete metros y medio sobre nuestras cabezas, yay yay yay dan grititos hasta los muertos, porque la casa siempre estuvo ahí pero ahora es nuestra y por eso sentimos que se acerca.

Y la casa cuando entramos está invadida de mosquitos, mosquitos pequeños negros en forma de corazón invertido, y mosquitos gigantes que no coordinan sus propias patas mientras vuelan, y otros diminutos más pequeños que todos los demás entrando y saliendo del cubo de basura, y que no se notan hasta que no se ven contra un fondo claro, como una pared de color verde pálido. Los mosquitos no nos atacan, los muertos van corriendo al tocadiscos y ponen música de Nowlans, y nosotros bailamos, bailamos y nos hace mucha gracia estar bailando a pleno sol, a pleno sol. Tú no puedes entenderlo, porque estás muy lejos, pero es que estamos bailando a pleno sol.

20100405

ocurre

Ocurre mientras manejo que entre la música de la radio y yo hay un silencio, y subo el volumen pero sigue habiendo silencio entre medias, como una costra de unos cinco centímetros, el silencio de pasta de yeso del grandcanyon, no el de un pasillo.
No se lo cuento a nadie. El desierto aún tiene sus maneras.

desde

Desde Williams mandamos postales porque estamos felices, Louise y yo y los muertos sonriendo en un jacuzzi, Louise y yo y los muertos con las sombras alargadas, Louise y yo y los muertos comiendo melón.
A la mañana siguiente queremos tirarnos por una ladera del Grandcanyon a ver qué pasa, a ver como flotamos a través del aire densísimo hasta el otro lado. Louise dice que no hace falta llevar agua porque podemos comernos la nieve. Le explicamos que la nieve está sucia, y ella dice, como va a estar sucia si es blanca, period.
A la mañana siguiente nos vamos por una carretera sin techo de AZ y se me van desintegrando los pulmones, se me van desintegrando se me van quedando en las tiendas de regalos y en la tierra y en la tierra.

la mañana

la mañana de después es cuando el cuerpo es más frágil, porque el cuerpo no tiene hambre, se quiere ir de sí y mirarse desde fuera mientras camina de Wilshire a Pico, pero ya no puede, así que se queda dormido, se duerme el cuerpo dentro del cuerpo y sólo siguen funcionando los ojos y los pies.

20100404

Y encontramos a los muertos otra vez

Y encontramos a los muertos otra vez, y les despegamos las costras de suciedad. Muertos-Maniquíes. Les quitamos los disfraces de prostituta de la tienda de souvenirs. Los abrazamos, negociamos con el dependiente, no nunca estuvieron en venta, nos los llevamos en volandas lejos de los imanes de nevera, los llaveros, los abrelatas, las camisetas, los corazones de peluche, las postales a 50 centavos. Hemos reservado una habitación en el Terrible's y pedimos que nos suban una botella de Champán de 9 dolares. Estamos eufóricos, estamos deseando volver a empezar y asustados. Nos miramos, nos contamos cosas de estos últimos meses. Luego los muertos se lavan los dientes. Los muertos hermosos y para siempre, y su carga de cosas sin resolver que tanto temíamos haber perdido. Louise y yo bajamos a jugar a la ruleta. Le pido que me preste 20 dólares y los pierdo y ella los vuelve a ganar al cabo de una hora y esa es la mejor metáfora que puede ofrecernos el casino. Todo alrededor es nicotina pegada a las paredes. El jugador de la izquierda pierde el pelo y los dientes se le juntan en forma de pico mientras le dice a Louise oh god you're so sexy, y en frente una familia y la madre con la mano rota dice "mijo, a qué número, a QUÉ número!". Apuesta una entre el 7 y el 8, y cinco a rojas, y otras tantas a números fijos, números de nacimientos, y le da codazos con el brazo enyesado al marido gordo de atrás, al hijo, mijo, di algo, la bolita cae, los hombres pequeños con corbata y pelo blanco escribiendo en ráfagas, y nuestro dealer se transforma en un caballo blando. Louise: vámonos. 36 dólares. El ascensor con una manchita de pis. En la habitación los muertos duermen haciendo juego con el wall paper. La habitación tiene un halo amarillo mostaza y es grande para que quepan las familias. Louise me da sexo sucio. Me dice que está cansada, me pide que me siente en su cara y le meta la polla en la boca lo más que pueda. Le veo el cuerpo desde el cuello curvándose de placer y de asco. Se queda dormida. Pero en este lugar nadie más duerme, y toda la ciudad la está mirando, yo apago la luz.

Pensar en esfumarse y en todas las cosas que se esfuman. Pensar en un parkinglot y en un pasillo de tragaperras y en los cementerios. Tapar a los muertos para que no cojan frío. Pensar en Louise.

20100401

Los angentes de viaje de US Airways

A veces llamamos a los agentes de viaje de US Airways para hablar con gente amable. Hay muchas personas que hacen esto. Preguntamos algo estúpido, algo que ya sabemos, que todos los vuelos a europa paran en Philadelphia o en Nueva York o en Atlanta, o que si decidimos bajarnos en el aeropuerto de nuestra conexión el equipaje seguirá viajando sin nosotros hasta nuestro destino final.