Durante todo el mes de febrero hemos sabido que teníamos que hacer algo pero no hemos sabido bien qué. Fooling around, el sol de febrero: buscar es una pérdida de tiempo. Louise se levanta un día y me dice: ya lo tengo.
Y resulta que nunca hasta entonces habíamos pensado en el chamanismo. Louise: pero queremos encontrarlos, ¿no? Y yo: sí, claro. Y ella: pues entonces vamos a dejarnosdegilipolleces y a dejar de buscar y a encontrarlos deunaputavez, buscar es una pérdida de tiempo y yo estoy cansada, tienes los ojos rojos, estoy cansada. Y yo: bueno, no sé, tendremos que pensarlo un poco, si los llama un chamán ya se quedan para toda la vida, los muertos ¿no? Y Louise: supongo que sí, nunca he hecho esto antes. Yo tampoco. No sé mucho de brujos. Y yo: Yo tampoco. Y yo: a lo mejor duele, ¿no? Y Louise: no dice nada.
El sábado vamos caminando al templito que llaman la tribu. Caminamos por las calles planas siendo como siempre muy respetuosos con los mendigos y mirando dentro de los escaparates. Third and Crescent Heights, desde el cielo todo esto debe ser una red de líneas de luz. Cuando abrimos la puerta la secretaria está terminando de cobrarle a una chica, luego nos pregunta qué queremos y nos da los precios, que van por hora, y nos presenta a Kafa, un doctor con los ojos negros que todos los días saca muertos al mundo, que todos los días gana 500 dólares, y luego: qué quieren exactamente, y no nos hace mucho caso mientras le contamos lo importante que es para nosotros, pero el sitio está limpio y las paredes son de color rojo, y nos da cita para la semana siguiente.
Está el arcoiris al fondo de la calle cuando salimos de allí. Cada día hablamos de si seguir adelante con lo de la brujería y de lo que significa seguir adelante o no seguir adelante, no hablamos de otra cosa. Me doy cuenta de que es evidente que vamos a seguir, de como todo se nos va continuamente de las manos, de que en realidad nunca hemos tenido el control de nada porque estamos mucho más por dentro de nosotros que nuestros actos y cocino todas las noches de esa semana para Louise y el Chico y ellos opinan que nunca cociné mejor.