Te protejo de barcos y me niegas la mano
la vez en que nacimos avisados, no quedó más remedio, no quedó más madera y se fue el nombre, y sin identidad estuvimos a punto y arrugamos la voz helados, congelados, desasidos, yo que ya no era yo te dije a tientas, dije: (yo dije no me fui)
y me niegas la mano
"La hisla / No la arena"
todo lo necesario, todos los parapetos para no huir quedarse -porque crecía la hierba- en algo que flotara en algo que me diera (me niegas) que me holgara
que me niegas la mano
la vida por delante metida en la de atrás, tirada al río, ahogada con los días, ahogada con las horas, la isla sólo Hisla, me negabas la mano
me anegabas la mano
Me anegabas los barcos en la mano.
("Hisla", 2010)