20091224

Los fumadores del aeropuerto

Los fumadores del aeropuerto se reunen en una sala con extractores, los reunen en una sala con extractores, con las ventanas empañadas y un cenicero cada dos asientos, entre cada dos asientos. Es una sala de fumar y una sala de espera. Los fumadores del aeropuerto fuman y esperan, un cigarro dura seis minutos. Se sientan en fila y no se miran, se colocan a un lado los que tienen manos elegantes, y al otro los de manos de drogadicto. Todos los fumadores, en todos los aeropuertos, están sordos, no pueden oír mientras fuman, no tienen orejas. Sólo manos elegantes o manos de drogadicto por eso habíamos quedado allí.
Yo estaba sentado en la hilera que daba la espalda a la ventana y el hombre en frente de mi. A veces me miraba a través y yo suponía que había aterrizado un avión.
Yo en aquel momento le pregunto: qué voy a obtener a cambio, o qué me vas a dar y el me pregunta al mismo tiempo: qué tienes aquí de forma que la fusión de las dos preguntas queda en el aire como un: qué qué me tienes aquí vas a dar, porque yo tardo algo más en formular la mía.
Yo aquí tengo, pensé, es decir allí tenía: muchísima tristeza. Una lata de sopa llena de gente llorando, un piso en el centro, J, cosas así, cosas que están a punto de pesar mucho. Y el me dice: yo te voy a dar: el Nuevo Mundo la Hoja en Blanco El Primer Día De Tu Vida (cosas así) la posibilidad de felicidad absoluta, ya, pero me llevo los muertos, le digo, pero, me contesta, los muertos puestos en otro sitio no pesan nada y se les borra el nombre, pero, le digo, qué hay de la memoria, y el hombre me miró como a un imbécil, te importará una mierda la memoria, y al cabo de dos semanas yo iba a comprobar que era verdad.
Los muertos ya estaban en la maleta, un cigarro dura seis minutos y a los seis minutos entró otro hombre y partió un mapa del mundo en dos con los dedos, un mapa del mundo del tamaño de una manga de camisa, y me dio la parte nueva, y además me dio un billete de avión con el asiento en ventanilla, y una libreta con números de teléfono, y consejos sobre como tratar a la gente de la aduana.